Porque la intimidad tiene que ver mucho más allá que el sexo. Es abrir las puertas del alma, es entregarse abierta y honestamente. Es darse en una mirada profunda, o en un abrazo sincero.
Intimidad es saber escuchar, y hacerte escuchar. Es tomarte de la mano en un silencio calmado, es demostrar un sentimiento real y honesto, siendo claro en tus prioridades, regalando tu tiempo, tu pensamiento, y tu espacio... Porque cuando yo me entrego, lo hago sin reservas, desnudando mi interior. Compartiendo los detalles de mi vida, mis gustos y mis miedos, esperando tal vez, que el otro haga lo propio... Porque mis ojos no mienten, y mis caricias lo dicen todo... Aunque me equivoque.
Convencida de que abrirse frente al otro, es realmente lo que desnuda. Quitarse la ropa puede hacerlo cualquiera. Pero quitarse los escudos, los miedos, la coraza... Eso es intimidad. Porque el amor toma sentido cuando se da, cuando se arriesga, cuando se apuesta todo, sin importar cuántas veces caiga, y tenga que levantarme de nuevo. Hoy, tal vez por los años cumplidos, tal vez por las experiencias vividas, agradezco cada parte que me corresponde vivir. Agradezco los regalos, sin importar si serán duraderos... De todas formas, todo en la vida es finito y no sabemos cuando dejaremos de estar. Hoy, la intimidad de mi alma la doy sólo a seres especiales. Cuando me nace, cuando mi corazón me dicta: "¡arriésgate!"