A mi princesa,
En la vida he entendido que yo no puedo controlar ni hacer nada para que las personas a mi alrededor ( por más que las ame), hagan o sientan otra cosa que no sea ser ellas mismas…
Pero hay algo que sí quiero hacer, y es darte algunos puntos que a mi me han servido en el transcurso de la vida, una vida que ha tenido subidas y bajadas, momentos tristes, felices y caóticos, pero que hoy es plena y feliz… Una vida que no pretendo sea perfecta, solo que sea vida… Así que quise compartirte estos pequeños consejos. Es solo un poco de experiencia que espero te sirva:
Sonríe. Sonríe siempre y lo más que puedas. Nuestro cuerpo aprende a leer la señal de que estás bien, además te ves más bonita. Es el mejor y más barato de los accesorios.
Conócete. Sabe lo que te gusta, lo que te enoja, lo que te hace bien, lo que te daña, aprende a conocer quien eres, cuáles son tus defectos y tus virtudes, tus fortalezas y debilidades… y nunca dejes de trabajar tu espiritualidad.
Habla. Nunca te calles algo que te atormenta, te daña, o te gusta. Dilo. Háblalo con las personas con quien debas aclarar tus dudas, compartir tus sentimientos, o dejar en claro cualquier situación que sea mejor decir. Lo que no se dice, se pudre dentro. Cuando tengas algo que sentir de alguien, dilo.
Llora. Cuando lo necesites llora sin parar, saca todo sin miedo. Sentir no está mal, y llorar es un gran desahogo para el cuerpo
Reza. No al Dios que te enseñamos, ni al que te dijeron en la escuela. Reza a tu propio ser superior, a tu dios, a tu guía. Eso siempre tranquiliza
Fluye. Aprende que la vida no siempre nos da lo que queremos, pero si nos da lo necesario para aprender, vivir y sobrepasar obstáculos. Nos pone enfrente lo que necesitamos saber aunque no sea siempre de la mejor forma, o nos parezca injusto o duro. No busques lo malo en las cosas o personas, busca que es lo que debes aprender de ello. Eso te ayudará a crecer.
Saluda. Siempre di buenos días, buenas tardes o buenas noches a todos los que encuentres a tu paso. Podrás lograr una sonrisa en las personas, y es una forma de demostrar tu humildad y educación. Además, te abre puertas.
Pide ayuda. Cuando sientas que no puedes hacer algo, pide ayuda o consejo. Nadie tiene porque saberlo todo, y los demás nos enriquecen.
Suelta. Nada ni nadie es nuestro. Nada nos pertenece, así que suelta. Suelta personas, cosas y situaciones. Recuerda que no tenemos control sobre nada ni nadie, y los apegos hacen mucho daño. No quieras que las cosas siempre salen como tu las planeaste, la vida no es así y puedes llenarte de resentimientos y rencor si las cosas no se cumplen a tu forma. Hay otras formas, y es muy enriquecedor conocerlas.
Ama. Da todo de ti cuando estés con alguien, ama desde el fondo, entrégate. Sólo recuerda que primero hay que amarnos a nosotros mismos para poder compartir tu amor con los demás. Ama sin miedo. Podrás salir lastimada, pero siempre te quedarás con la satisfaccion de haber amado. Llorar por amor es una gran muestra de que alguna vez amaste, y eso no es malo. Nos llena y nos enseña.
Escucha. Aprende a escuchar las opiniones, culturas, y sentimientos de los demás. Puede ser que aprendas algo nuevo, te abras a nuevas experiencias, o solo aprendas a conocer nuevas cosas. Nunca te cierres a nada o a nadie. No juzgues, solo escucha.
Respeta. Siempre respeta a los demás, como a ti te gusta que te respeten. No todos son como nosotros quisiéramos, pero merecen respeto. No transgredas los límites de los demás. Y siempre respeta los tuyos. No te traiciones a ti misma, ni a nadie a tu alrededor.
Ábrete. Conoce nuevas culturas, nuevos países, nuevas lenguas, nuevas religiones. No te niegues a conocer nuevos amigos, recuerda que los amigos se acumulan, no hay límites. Y cuida a los que tienes, porque la amistad es un tesoro que hay que regar a diario. Los amigos nos hacen fuertes cuando estamos débiles, y nos hacen sentir amados.
Recibe. Aprende a recibir lo que los demás te ofrecen, no te escudes en orgullos inútiles cuando alguien te tienda la mano. Aprender a recibir es abrirnos a los regalos de la vida. No te sientas culpable o en deuda cuando alguien te ofrezca sinceramente su ayuda.
Diviértete. Disfruta cada instante, cada paisaje, cada momento. La vida se va muy rápido y cuando volteamos hacia atrás podemos darnos cuenta de que hemos desperdiciado grandes momentos valiosos por estar quejándonos de cosas sin importancia. Diviértete con un buen (o mal) chiste, con los estudios, el ejercicio, la familia, los amigos, los desconocidos, con nuevas experiencias, y hasta con las malas, aprende a reírte de ti misma y de la vida, antes de que la vida se ría de ti. Canta, baila, habla, disfruta. La felicidad es una decisión personal, y cada quien decide su historia.
Agradece. Todo! La vida es un gran regalo. Agradece cada cosa que tengas. Una cama, un techo, una cobija, agua caliente, un desayuno, una amistad, los lujos con los que vives, tu coche, tu familia, tu salud, tu espacio. Hay mucha gente que no tiene nada, y se nos olvida dar gracias por todas las bendiciones. Agradecer es la fuente de la abundancia. No lo olvides! Cuando algo malo te pase, agradécelo también! Seguro viene con una lección de vida.
Te amo con todo mi ser, ojalá que estos consejos te sirvan de algún modo en toda tu vida. Guárdalos, y recuérdalos siempre. Aquí estoy. Te amo.