Tal vez algún día volvamos a encontrarnos. Podrá ser en alguna otra dimensión, o en alguna galaxia lejana.
Será lo imagino, un momento lleno de magia y de sensaciones. El día en que no importe nada más, cuando no exista nadie a nuestro alrededor que pueda alterar nuestro mundo, mágico y reconfortante, pequeño pero nuestro. Sin juicios y sin preguntas, alejados de las barreras mundanas que nos atraparon una y otra vez.
Donde no exista la necesidad de quedar bien con nadie, donde el amor sea nuestro idioma exclusivo, y nuestras caricias el único traductor. Donde tu piel junto al a mía sean lo único importante que exista.
Sin barreras, sin errores, sin peleas ni discusiones. Sin búsquedas inconclusas de esos destellos de futuro que no se alcanza, que nunca llega. Que parece cada vez más lejano, más triste y más turbio.
Tal vez debamos buscarnos en ese lugar infinito y lejano. Ese lugar de sueños donde nos juramos amor un día, donde dos almas parecían hacerse una sola acompasadas por nuestra respiración. Nos encontraremos en un momento presente, sin historia ni final. Donde las horas no cuenten y los minutos sean eternos.
Cerca, muy cerca. Donde nuestras manos ni siquiera se pregunten ¿por qué? Donde nuestras mentes acallen tantas dudas y preguntas, donde las miradas respondan en lo profundo, sin hablar, sin decir nada, sin despedirse…